Paul se siente como una empresa familiar en la que todos contribuyen al objetivo común.
Desde mayo de 2020, trabajo como jefe de producción adjunto en St. Después de casi 17 años como director de operaciones en el sector de la seguridad y casi 18 años como jefe de expedición en el sector del mejillón en Yerseke, donde tenía 3 meses de vacaciones debido al trabajo estacional, mi mujer, que trabaja como gestora de cuentas en una empresa de dotación de personal, me pidió que considerara la posibilidad de trabajar en St. Paul. En aquel momento, St. Paul buscaba un empleado para ayudar a crear y dirigir un departamento de limpieza de quesos. Era un reto para el que estaba dispuesto a prestar mis vacaciones en Yerseke.
Asumir el reto fue para mí una experiencia agradable y no exenta de éxito. Sin embargo, debido a otras circunstancias, finalmente se suspendió la limpieza de queso en la planta. La dirección me pidió que me quedara en St. Paul como jefe de producción de las líneas de rallado/formado/snack, con el acuerdo de volver a Yerseke cuando se reanudara la temporada.
Al final, decidí trabajar a tiempo completo para St. Paul por el empuje, el entusiasmo, la honradez, la accesibilidad, el trato respetuoso y la oportunidad de vivir una vida más estructurada de la empresa. Considero mi puesto en St. Paul como un pivote en la red y creo que cada pivote es igual de importante e indispensable. Disfruto trabajando con mi equipo de producción, un gran grupo de personas de distintas nacionalidades que trabajan con entusiasmo y plena dedicación. Lo divertido es maximizar la implicación de estas personas en el proceso de producción y crear un grupo que se perfile al máximo. Me encantan los retos que ofrece esta empresa progresista y siempre intento estar a la altura de las innovaciones y ampliaciones deseadas.
En cuanto al ambiente de trabajo dentro de la organización, lo percibo como jovial, implicado y cordial. Paul se siente como una empresa familiar en la que todos contribuyen al objetivo común. La colaboración con los compañeros es muy importante para mí y es crucial dentro de una empresa, aunque no siempre te lleves bien con todos. He observado que todos los empleados de St. Paul comparten un vínculo familiar, y hay un buen equilibrio entre la interacción en la planta y la comunicación con los supervisores. Mi supervisor, Wim Kuijl, Director de Producción Operativa (NL), está tan abierto a las innovaciones como yo, acepta las críticas y tiene el mismo sentimiento de grupo que yo, lo que hace que la colaboración sea estupenda.
En este momento, todavía hay muchos retos en la producción de St. Aún quedan grandes proyectos por delante. Mi ambición es crecer y trabajar en los planes de futuro a partir del trabajo que estoy haciendo ahora.