Me llamo Maaike y trabajo como empleada de calidad en St. Paul, donde mi andadura empezó por la necesidad de un trabajo más cerca de casa. Mi afinidad personal con la calidad me trajo aquí, y vi un reto apasionante en el mundo del queso, que ofrece mucha más diversidad que lo que se suele encontrar en las tiendas.
Paul, todo gira en torno a garantizar la calidad. Esto implica comprobar las materias primas y los productos finales para asegurarnos de que cumplen tanto los requisitos del cliente como nuestras estrictas normas. Es esencial que los productos que no cumplan estas normas no lleguen al cliente.
¿Por qué la calidad es tan crucial para el éxito de nuestra organización? Sencillamente porque trabajamos con productos alimentarios que consumen las personas. La prevención de enfermedades en los consumidores y el mantenimiento de una reputación impecable son de la máxima importancia.
Pero, ¿cómo implantamos procesos de calidad o introducimos mejoras? En St. Paul siempre nos esforzamos por mejorar. Constantemente medimos valores, enviamos muestras a laboratorios externos y comparamos resultados para perfeccionar nuestros equipos de medición.
En cuanto a los instrumentos de medición, utilizamos varias herramientas para evaluar la calidad, como mediciones de la materia seca, el contenido de grasa y el pH. Recientemente se han realizado mediciones diarias con hisopos en la fábrica, lo que ha permitido limpiar las líneas de producción y mejorar los procesos de fabricación.
La colaboración con otros equipos también es crucial. Celebramos reuniones periódicas para debatir reclamaciones y desviaciones. Además, comunicamos las directrices de calidad mediante breves lecciones y sesiones informativas.
Uno de los mayores retos en materia de calidad es la búsqueda constante de la mejora de los productos. Esto significa que los requisitos de calidad cambian continuamente. Para ello, introducimos nuevos métodos de medición y comparamos constantemente los resultados.
Para fomentar una cultura de mejora continua, nos centramos en informar y formar a los empleados. Así nos aseguramos de que todo el mundo entienda por qué es esencial una buena calidad, reduciendo el número de errores.
Con el fuerte crecimiento de St. Paul, actualmente estamos ocupados garantizando la alta calidad de todos los nuevos productos. Se trata sin duda de un reto con nuevas máquinas y una fábrica cambiante, pero vamos por buen camino.
Uno de mis momentos más memorables en St. Paul fue la excelente puntuación A que obtuvimos en la última auditoría del BRC. Lo sentí como un reconocimiento al duro trabajo, aunque siempre nos esforzamos por mejorar.
La cultura empresarial de St. Paul refleja claramente la de una empresa familiar. La implicación de la familia Kuijl es tangible; están conectados y observan regularmente los procesos. Esto contribuye a crear un ambiente de compañerismo y amistad entre todos los empleados.